Una de las últimas imágenes que guardo de Cuba es la del muro del Malecón. Solía caminar y sentarme en el muro, acudía allí cuando me sentía atribulado, cuando necesitaba respuestas a mi existir. Le lanzaba preguntas al mar, en silencio, con una complicidad que solo las olas y aquel muro conocen. En el Malecón aprendí como besar a una mujer, el fue testigo de amores y traiciones. Desde allí ví partir amigos, derramé más de una lágrima y dije más de un adiós. Una tarde de septiembre abandoné mi patria por el mar. Sentado en la proa del barco, encima de una balsa de salvamento, en silencio, le dije adiós al Malecón y a La Habana. Aquella línea de concreto se perdía en el horizonte, caía la tarde y a La Habana se la tragaba la noche.
Caminaba por los alrededores de la Ermita de La Caridad en Miami cuando descubrí el muro que la separa del mar. Un pedazo de concreto, estrecho y humilde si se le compara con el Malecón de La Habana. No había vuelto a ver el mar desde que abandoné Cuba, me acerqué al muro y empecé a caminar a lo largo de el, era mediodía y había un bochorno que cortaba el aliento. No podía apartar la mirada del mar, bajé la vista un instante y descubrí que estaba de pie sobre un graffiti “no pude verte por última vez, ten presente, abuelito, que quisimos que esto nunca hubiese pasado, te amo y sufro mucho” y cerca de ese, otro, y otro, y otro……. se me llenaron los ojos de lágrimas, y estallé en unos sollozos que no pude contener, así estuve por varios minutos, a solas, lanzando preguntas al mar y con el alma rota.
amigo, me ha gustado mucho, todo lo que has escrito, te dije, hace pocos dias, que para escribir bien, hay que escribir, sobre cosas que uno sienta,que halla vivido, por lo menos interiormente...y eso, no lo digo yo...lo dijo, Dulce Maria Loynaz, una grande de las letras cubanas...tus escritos son ese reflejo,todos tus intimos sentimientos... y te deseo de todo corazon suerte! y sigue...ESCRIBIENDO...
ResponderEliminarGracias, intento ser honesto y hacerlo bien, hasta donde que me lo permite mi talento. Gracias otra vez. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Calabacita que gusto saber que te has animado a escribir, saludos a tu hermano y empujalo a que te imite.
ResponderEliminarRecuerdo mi primera noche de exilio como una de las peores de toda mi vida, se suponia que deberia estar feliz, habia escapado del infierno, me habia despedido de todos los seres queridos y tenia tanto por construir.
Pero esa noche despues de pasear solo por la Castellana y Gran Via sin un mapa y copiando en una servilleta el camino para no perderme, con un frio helador, regrese a la casa del conocido que me daba cobijo. No sentia nada, no me ilusionaba nada de lo que habia visto, solo senti vertigo ante la inmensa soledad, me acurruque en el sofa con una manta que me habia cedido mi anfitrion y en esa postura pase toda la noche llorando sin hacer ruido. No era un llanto por algun motivo definido, empezo asi de repente, era una hemorragia que no podia contener como si me hubiese roto por dentro.Luego fui dandole color pasando las diapositivas de todos los seres queridos que no volveria ver.
A la mañana siguiente continue viaje a mi destino final, el lugar donde tendria que fundar todo lo tangible que me acompañaria en el futuro. Y aqui estoy con la familia nueva que construi, pero con todas aquellas grietas selladas en falso.