domingo, 26 de diciembre de 2010

Villancico.

La calle mojada, en penumbras, los colores sin brillo, el paisaje parece un cuadro lleno de borrones. El tren marcha como cada día, la misma velocidad, las mismas paradas, las mismas gentes, aunque hoy somos menos, faltan rostros, son los últimos días del año y la gente desaparece de mi rutina. Se ha disparado la alarma de un coche, más todo sigue imperturbable, hay personas caminando en todas direcciones, unos con prisa y otros se mueven lentamente, como si llevaran un gran peso a rastras. Unas mujeres que calzan botas altas se adelantan, un niño en un cochecito, jugando a quitarse el zapato, de un color rojo intenso. Ella tiene frío, se abraza a si misma, con fuerza, mientras hace vanos intentos por colocarse los auriculares. Las manos temblorosas, dos coronas blancas entrelazadas. Ven, despiértame en la noche, abrázame, y recuérdame que no estamos solos. Árbol de Navidad. Anochece. No para de llover.

martes, 21 de diciembre de 2010

La Isla Presidencial V.

martes, 14 de diciembre de 2010

Sometimes.


A veces parece como que he viajado mucho
a veces parece que solo he estado parado sin moverme
a veces siento que tengo todas las respuestas,
a veces se que nunca las tendre.
A veces estoy seguro de que el mundo y yo estamos locos
a veces se que soy yo el unico que esta cuerdo
a veces estoy lleno con la alegria de simplemente vivir
a veces siento unicamente el dolor
y a veces puedo amarte en la forma en que deberias ser amada
y ofrecerte todo lo que deseas de mi
pero más que nada solo trato de evitar que el mundo gire demasiado rápido
y espero que a veces sea suficiente para ti.

Música: "Sometimes". Tomada del disco "Where Do We Begin"(1976)
Autor: Georg Wadenius - Cynthia Weil.
Interprete: Made in Sweden.
Traducción: Mi hermano.
Gracias, brother, por mostrarme este universo de sonidos. Un abrazo.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Almendra.


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Iba y venia por casa, con aquel paso ligero en las mañanas,  recordaba un pájaro asustado. Decía que venía a visitar a la familia pero la verdad es que venía soñando con escuchar aquella música. Fue en una de esas visitas que la escuchó, estaba el tocadiscos sonando en el comedor de casa, bien temprano, cerca del amanecer, talmente parecía que lo había echado a andar un fantasma, pues no había nadie en la habitación, levemente iluminada por las primeras luces del alba. Lina, entró en la habitación justo en el momento en que sonaron los primeros acordes ..TA RA RAN TARAN TARAN...se quedó como petrificada, en medio de la habitación, su voz sonó como un suspiro: “Almendra”. Cerro los ojos y  su mente echó a volar en el tiempo, un chico de traje y corbata la miraba desde el extremo del salón, se alisaba el fino bigote y parecía invitarla a unirse a él, la noche era cálida pero fresca, esa extraña asociación que se da en el trópico,  Lina hacía como que no notaba su presencia, pero con el rabillo del ojo seguía sus pasos, de vez en vez el lunar que tenía en la mejilla parecía deslizarse hacía sus labios, no lo podía evitar, reía, reía y soñaba, soñaba y reía, y sin percatarse desde cuando, bailaba, bailaba y reía, la boca bajo aquel bigotito parecía querer devorarla, o al menos eso creía ella, la orquesta tocaba un danzón que parecía interminable. Te quieres fugar conmigo, y le dijo que si, estaba desesperada por irse de casa, tener hijos y ser feliz, especialmente eso, ser feliz. La habitación seguía desierta, como antes, pero los últimos acordes de la pieza la devolvieron a la realidad, un adolescente entraba en ella, Lina lo miró y, como quien esta en posesión de un gran secreto, le dijo, sabías que conozco esa música, y mientras daba unos pasos de baile decía, es “Almendra”. El chiquillo esbozó un simulacro de sonrisa y la miró con compasión, había escuchado a su madre decir que  Lina estaba muy sola, era viuda, su único hijo, que estaba mal de los nervios, la golpeaba en ocasiones, no tenía a nadie más, sólo a nosotros, una relación que nunca logró entender y cuyo origen se perdía en el tiempo. Lina terminó de girar, de la mano de su compañero imaginario, y desapareció. Cada verano volvía, por  una semana, a  nuestra casa, me buscaba y, en un susurro,  pedía, me pones “Almendra”...TA RA RAN TARAN TARAN...

Música: "Almendra"
Autor: Abelardo Valdes.
Interprete: Camerata Romeu

lunes, 6 de diciembre de 2010

A propósito de: "El último balilarin de Mao"



Empecé a verla cerca de la media noche, pensé que el sueño me vencería y no podría terminarla de un tirón, pero no fue así,  no me pude levantar del sofá hasta que no vió la luz el final de los créditos. Las dictaduras comunistas son lo mismo en todas partes, el mismo adoctrinamiendo, que ahora parece burdo, pero que cuando eres un niño, y eres parte de esa sociedad, te lo tragas sin chistar, te vas a la cama sintiendote un niño afortunado, "que suerte vivir en el primer territorio libre de América", y cuando la prensa, siempre oficial, publica una noticia referida a algún "grupo de liberación nacional", te embriga la emoción de no estar solo en la lucha contra el imperio del mal, no solo has escuchado el cuento de hadas sino que ya eres uno de los personajes de la historia. Un buen día, allá por el 78 aterrizan los parientes que viven en el imperio y resulta que les va mejor que a nosotros, y algunos, los más osados, hablan de una libertad que no se parece a tu libertad, esa, la que cada día dice la prensa, siempre oficial, no me canso de aclararlo,  que tienes la suerte de gozar, aquí , en el primer territorio libre de América, y el tiempo pasa y el futuro luminoso no llega, mira que has estado en trabajos voluntarios, pero nada, no llega, y el techo de la casa que se esta cayendo, y cuando más honesto y trabajador eres peor te va, y la universidad que es sólo para los revolucionarios, ¿ pero no era un derecho de todos? y apurate que hay una marcha en el Malecón, la culpa la tiene el imperio del mal, ah, ya entiendo, y suda que te suda, dale para el aereopuerto que tu hermano se va con la familía,  dice que que le llego el bombo, y no paras de dar carreras para el aeropuerto, el primo, el tio, tus padres, la mujer, que después te dejó por tu mejor amigo en el imperio, mierda, la mesa redonda a toda voz, no es que la odies, es que ya no te importa, ya te fuiste, pero aún no lo sabes, y un día, cualquiera, te vas. Entonces es la nostalgia por lo que quedó en el camino, por lo que nunca fue, y no te dejan ni regresar a darle un beso a tu hijo, antes de que termine de salirle barba, y ya no sea más tu niño, sino el niño que se hizo  hombre lejos de su padre. Una noche, cerca de la media noche, te sientas, sólo, con un frio de mierda, a ver una película sobre la vida de un chino, del que no tenias la más puta idea que existiera, y ves, a traves de su historia, tu vida. Si ya lo decía yo, las dictaduras comunistas son lo mismo en todas partes.

jueves, 2 de diciembre de 2010

El abismo.

Le encantaba la ropa interior de encaje, siempre se compraba una o dos tallas menos que la de ella, así aquellas nalgas enormes quedaban bien sujetas, eso decía, pero sonreía con malicia, la verdad es que le excitaba. Pasaba buen rato ante el espejo, estudiando sus curvas, desnuda, mirando como su distendida anatomía empezaba a perder firmeza, que desperdicio, se decía a si misma. Hacia más de un año que el último hombre había pasado por su cama, un revolcón que la dejo más sola y triste que antes. Cualquiera diría que estoy desesperada, se dijo a si misma, mientras abría, en el ordenador, una página de citas: “Buscamos mujer para trío con mi esposa, somos muy discretos y limpios, nada de droga, y nada de esas cosas raras; es para tener una fantasía. Espero repuesta, si te interesa.”….un trío, que va eso no va conmigo, tu estas loco, a mi me gusta la carne de gallo, no, no, no, que va. No pudo evitar acordarse de ella. El albergue a oscuras, las persianas abiertas y la luna que se colaba entre las literas, afuera soplaba el viento de cuaresma, era una de esas raras noches, fría. Se sorprendió cuando la tuvo delante, como si fuera un fantasma, se quedó plantada frente a ella, en silencio, y mirándola a los ojos le dijo: puedo dormir contigo. Todavía no sabe por qué le dijo que sí, le hizo un lugar bajo su sábana, se abrazaron, como amigas, pensó, y medía hora más tarde, mientras se besaban, ya no sabía que pensar. Fue su primer beso, tiempo después supo que, aquello que había sentido cerca del amanecer, fue también su primer orgasmo. Volvió la mirada al ordenador, y una vez más no supo que hacer, dio un fuerte tirón a sus bragas y cuando sintió que se hundían entre sus labios mayores, dejo escapar un gemido y se echo a llorar.

domingo, 21 de noviembre de 2010

301.4





Vivía atormentado por las dudas, siempre intentando estar en control de todo, para cada cosa necesitaba una explicación racional, y así, una tarde de Noviembre, lo sorprendió la muerte.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Pathway to glory.



He's a man in his glory a boy in his dreams
And he's living his life in between
Tomorrow will answer yesterdays Dreams
While today he is living in between

Beware oh brother beware don't you listen to the words
(The tender lies)
Beware oh brother beware don't you listen to the words

He rejoices in wedlock with a lover unseen
And he's living his life in between
He thinks of the sorrow his conscience will bring
And he's living his life in between

Beware oh brother beware don't you listen to the words
The tender lies
Beware oh brother beware don't you listen to the words

Jam…

He measures his wisdom from sorrow he leaves
He's living his life in between
The pathway to glory is a long road it seems
And he's living his life in between

Beware oh brother beware don't you listen to the words
(The tender lies)
Beware oh brother beware don't you listen to the words

Letra y música: Loggins & Messina."Pathway To Glory" Tomada del disco "Full Sail". 1973.

martes, 9 de noviembre de 2010

Estatuas humanas.

 Estatuas humanas, no lo había pensado antes, pero ayer se me ocurrió mientras paseaba por Las Ramblas, y contemplaba las que allí se dan cita. El tema sería escoger el personaje, no puede ser nada fantástico, todos esos llevan disfraces complicados y tendría que invertir un montón de recursos en ellos, además demoraría mucho tiempo quitándome y poniéndome el disfraz, no, tengo que pensar en otra cosa. Un líder, podría ser Fidel, no, ni por asomo, me trae demasiados malos recuerdos, Gorbachov, no, tampoco, que me pasa, nada más se me ocurren lideres de países comunistas. Reagan, era muy delgado, Ghandi, lo mismo, era una bola de huesos, tengo que pensar en uno mas gordito. Churchill, ese mismo, es más gordo que yo, pero podría usar algún relleno, ya, pero sin el tabaco no sería él, y yo detesto los tabacos, descartado. Mejor que no sea un líder, no quiero politizar el personaje, que otra cosa puedo ser, un artista famoso quizás, tiene que ser blanco, no es por racismo, lo que pasa es que no me quiero maquillar demasiado, tiene que ser alguien conocido, y si fuera un cubano, artista, y que sea conocido en Europa, Lecuona, no creo que lo reconozcan, Bola de nieve, es negro, Chucho Valdés, podría ser pero es negro también, lo mismo su padre. Andy García, ese podría ser, pero no nos parecemos mucho. Pensé que esto iba a ser más fácil, tampoco me quiero disfrazar de pirata, vaquero, indio, soldado  o cosas así, están muy gastados esos personajes y hay un montón, tendría mucha competencia. Qué puedo hacer, ninguno me viene bien, estoy tan cansado de cargar con este personaje, parece no tener final, no me puedo librar de él, lo peor es que no tiene remedio, lo arrastro conmigo desde hace muchos años, y ahora que me siento cansado no se como voy a sacarlo de mi vida, me temo que no es posible. Un día más, como los adictos, un día más, sólo uno, así me digo cada mañana con la esperanza de que ocurra un milagro y descubra que ya no soy el mismo, sino otro y que esta vida ha sido sólo una incursión temporal en una realidad que no es la mía. Es tarde ya, recojo mi caja de madera, que uso como pedestal, y me subo en ella, mi personaje no requiere maquillaje, y es muy orgánica su representación, no necesito buscar entre mis recuerdos, basta con el presente, no requiere de grandes dotes artísticas, se me da natural, para los que no lo reconozcan al pie del pedestal hay un cartel que lo identifica, son sólo dos palabras: exiliado cubano.

martes, 26 de octubre de 2010

La confesión.

  No me puedo ver ni las manos, el espacio parece enorme desde que se apagaron las luces, en los pasillos laterales se ve el resplandor de las velas, un montón de velas de colores, ordenadas sin seguir un patrón de color o una composición establecida, fueron dejadas allí, frente al altar, en el transcurso del día, sabe Dios por quienes y por qué, pobres infelices. Es tarde, deambulo por los rincones, mis ojos se van aclarando, ya puedo divisar la silueta de la virgen y el niño Jesús a sus pies, esta sola, en medio del altar, luce enorme, como si fuera un árbol en el interior de una cueva, qué pensará Jesús, se acordará de mí, no me quita los ojos de encima, desde la cruz que está a pocos pasos de ella, creerá que lo ignoro, que no me importa, al final dicen que Él es Dios, no creo que me examine con tanto rigor, que le podrá importar este infeliz al que le anochece en su casa, seguro ya tiene bastante con el cura, ese viejo rabioso y cascarrabias;  tiene un rictus de ira que le cruza el rostro. Será que no sabe sonreír o que se le olvidó en el camino, si es cierto eso que dicen de que los católicos dan testimonio de vida por el rostro de felicidad que siempre tienen, este cura está perdido, cuando pienso en ese rostro, el de la felicidad, siempre me imagino un rostro angelical con una sonrisa estúpida, todos los dientes a la vista, a  mi me faltan algunos, yo no sería tan convincente, y los incisivos superiores, sí, esos , los grandes del medio, brillando como una estrella, el rostro ladeado, y los ojos, fijos en algún punto del infinito, como en éxtasis. Algo se mueve en el aire, sobre mi cabeza, se me acelera el pulso y en vano intento atrapar en mi retina lo que sucede, no veo nada, pero lo siento,  no puedo mirar mucho rato hacía arriba, las cervicales ya no están para tanto esfuerzo, me mareo, esta ahí, se acerca, se aleja, viene de todas partes, pasa un coche por la carretera y un halo de luz atraviesa la capilla desde los vitrales,… ¡ahí está! …era solo un murciélago, Dios, llegue a creer por un instante que era el Espíritu Santo, una carcajada empieza a crecer en mi interior, incontenible, se va abriendo paso, hasta que se me escapa. El sonido me sorprende y asusta, llevo las manos a la boca, podría despertar al cura. Silencio, un minuto, dos, tres, cinco, nada sucede. Aflojo mi cuerpo y me dejo caer suavemente en un banco de la primera fila, justo al centro, de cara a la cruz y a la virgen, siguen allí imperturbables los dos, como si el tiempo no pasara para ellos. El suelo comienza a temblar bajo mis pies y un estruendo sordo, que viene de la tierra, se va aproximando, cada vez más, aumentando en intensidad, si el infierno estuviese en el interior de la tierra entonces es como si todas las almas, condenadas a estar en el, gritaran al unísono, en realidad es solo el metro que pasa justo debajo del templo. Mi mente sale disparada hacia los años de mi juventud, aquellos años tremendos, las paredes del templo chamuscadas por el fuego, los techos habían desaparecido, solo sobrevivió la fachada y algunas estatuas de santos que la adornaban, estaba la iglesia en ruinas, apenas los cimientos, los camaradas nos hicimos una foto en medio de los escombros, con los fusiles en alto, la ciudad enloquecida, el pueblo cazando curas y fascistas, que era casi lo mismo.
.
  Tu no estabas entonces, viniste a sustituir a la otra María, años más tarde, cuando el caudillo llegó al poder, no me mires así, te aliaste al dictador, siempre al lado de los poderosos, virgen facha. Entonces me tuve que ir de España, antes de hacerlo pasé por mi pueblo, a despedirme de mi madre, entre lágrimas me dijo que Dios me castigaría por lo que le había hecho a la Iglesia, se arrodilló y abrazada a mis pies, me rogó que le pidiera perdón a Dios. Me fui a Cuba, al Caribe, lejos de todo, y cerca de América. En La Habana me enamoré de una cubana, tuve tres hijos y me hice con un buen trabajo en la compañía eléctrica, una empresa americana, que pagaba muy bien, mi mujer era maestra, era otro mundo, teníamos una buena vida, cada mes le podía mandar unos duros a mi madre, y me traje a dos de mis hermanos a Cuba, la vieja no quería salir del terruño. En el 59 llegó Fidel al poder y volví a abrir los ojos, me di cuenta que me estaba convirtiendo en un burgués, esta vez, el pueblo, si había llegado al poder, que más podía pedir, mis hijos eran pequeños pero eso no fue un obstáculo, estuve en la campaña de alfabetización, fui miliciano, Bahía de Cochinos, la Crisis de Octubre, la lucha contra bandidos en el Escambray, ahí por poco me matan, salí herido de bala en el cuello y me fui a casa hecho un desastre. De nuevo el sonido del metro, cada cuatro o cinco minutos se repite invariablemente, así toda la noche, y tú, Jesús, no te aburres de estar en la cruz, no te asusta como vibra el suelo una y otra vez. Los años setenta fueron otra cosa, un día recibí un pequeño paquete, con una nota escrita por un pariente, desde España, donde me notificaba la muerte de mi madre, junto a la nota había un rosario que había sido de ella, y que según mi pariente, le había pedido que me lo mandaran  a mi, con el encargo de que lo rezara por ella. Desde mediados de los sesenta no podía mandarle dinero a la vieja, y cuando murió no supe que hacer, la verdad es que me sentí perdido, mi vida transcurría entre marchas, trabajos voluntarios y la batalla por tener cada día que llevar a la mesa de mi familia, la vida en Cuba se había vuelto difícil, mis dos hermanos se habían marchado a América en el setenta, junto con sus familias cubanas, no se los reprocho, ellos nunca compartieron mis ideas ni entendieron a Fidel, al menos desde Miami se encargaban de velar porque no le faltara nada a la vieja. Estas aburrida de tanta cháchara, no me mires así, se supone que debes escucharme e interceder por mi ante Dios, tu no tienes de que preocuparte, estas ahí imperturbable, escuchando pecados para después susurrárselos a tu hijo en el oído, menudo trabajo el tuyo. Tienes razón, se lo que estas pensando, estoy cansado, viejo, y sólo. En el ochenta mi hijo mayor también se fue a América, en los noventa vivíamos de lo que nos mandaba él y mis hermanos, no me sorprendió que en el noventa y cuatro se marcharan los otros dos. En el núcleo del partido nadie se atrevió a reprocharme nada, casi todos teníamos algún pariente que había abandonado el barco. Mi mujer  murió en el noventa y ocho, dicen que de un infarto, yo creo que de tristeza. En Cuba ya nadie quiere vivir, se ha vuelto una pesadilla interminable, estoy demasiado viejo, hace años que no logro entender el rumbo que ha tomado aquello. Aún no entiendes que hago aquí, por qué he vuelto a España, por qué permanecí escondido en un confesionario, en medio de la noche, esperando para estar a solas, en la oscuridad, sentado a tus pies, si de verdad eres Dios no deberías sorprenderte, te diré, pon atención, que no puedo levantar la voz, no quiero despertar al párroco. Me acostaré en el suelo, de cara al altar. El aire entra en mis pulmones y siento como mi pecho se aplasta contra el frío suelo, se estremece, la luz de las velas parpadea incansable, como la vida, se consumen lentamente hasta que se apagan, no entiendo bien como he llegado aquí, pero no he podido evitarlo, cierro los ojos y aprieto entre mis manos el rosario de mi madre: Padre nuestro que estas……perdona nuestras ofensas……Dios te salve María .....

sábado, 9 de octubre de 2010

Lecturas.

"Negarse a pensar el totalitarismo" por Claude Lefort.

....se habla mucho del “deber de memoria”. Existen razones para sentirnos satisfechos por ello. Cuando se hace un llamado a no olvidar los crímenes contra la humanidad, se espera que el recuerdo nos mantendrá a salvo de reproducir las abominaciones del pasado. Sin embargo, el deber de memoria corre palpablemente el riesgo de resultar ineficaz si no está presente el deber de pensar.

Texto completo aquí : 
http://www.ddooss.org/articulos/textos/Claude_Lefort.htm

martes, 5 de octubre de 2010

Watching The Wheels

Pasa la multitud, enardecida, poseida por una misión, el ruido atronador de los aplausos,  miradas perdidas en la nada,  frentes febriles, cuerpos humanos en tensión que dan vueltas en circulo,  rostros felices de ser parte de este ir y venir hacía ningún lugar. Me hago a un lado, la acera esta desierta.
 

sábado, 2 de octubre de 2010

El monstruo.

Aquel tiempo en que dormían abrazados, se miraban a los ojos y respiraban al unísono había quedado en el olvido. Ella se había vuelto una mujer fría y huraña desde que... llegó a sus vidas. Aquella criatura deforme, cabeza gigante y ojos saltones, ni siquiera lloraba. La partera había pronosticado que no viviría mucho. Su mujer miraba espantada aquel ser salido de sus entrañas cuando él entro, como una tromba, en la habitación, contemplo a su vástago en manos de la partera y no dudo un segundo, tomo un cuchillo que estaba sobre la mesa y de un solo golpe atravesó a la criatura y a la partera, que se derrumbo en el acto. La mujer, que sollozaba, enmudeció. La habitación, iluminada pobremente pareció tornarse más oscura, él se acerco, lentamente, a ella, y en un susurro, con rabia contenida, le dijo al oído: te pedí un hijo y me has dado un monstruo.
Se revolvía en la cama sin cesar, murmuraba algo entre sueños, no se le podía entender. La respiración entrecortada hasta que, se estremeció todo y, súbitamente, se sentó en la cama, el pelo revuelto y la frente perlada de sudor, los ojos enormes y un trepidante palpitar en el pecho. Ella no se movió a su lado, él sabía que estaba despierta, sólo disimulaba que aún dormía. He vuelto a tener el mismo sueño dijo, cada noche lo mismo, hablaba para él, sabía que ella no respondería, hacia tanto que no hablaban.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Crónicas de Sherwood II


El recuerdo de la multitud, que enmudeció cuando el pequeño Juan ejecutó la orden de colgar a Much, volvía cada noche a su mente, lo hacia revolverse en su lecho hasta despertar. El silencio que se hace en mi alma es como la muerte, le había dicho a Marian. Se levantaba cada día con un estado de zozobra inexplicable. Los días parecían interminables. Empezó a sentirse pequeño y sentía como si su cuerpo le pesara, arrastraba los pies como un anciano mientras sus hombros parecían querer aplastarlo contra el piso, El trato con Robin se hizo no solo difícil sino también peligroso, empezó a desconfiar de todos y más de uno fue llevado al cepo sólo porque Robin adivinaba en él a un traidor, los sirvientes evitaban cruzarse con él, se hacía un vacío a su alrededor nada mas entrar en una habitación. En medio de todo ese ambiente opresivo, Marian quedó embarazada.
En los dos meses que llevaban escondidos en la cueva la salud de Marian se había ido deteriorando en la misma medida en que su abdomen se dilataba. Se alimentaba mal, la caza era irregular dado que no era fácil para Robin y el pequeño Juan salir de cacería, especialmente difícil fueron los primeros veinte días, patrullas de soldados recorrían las inmediaciones y grupos de antiguos sirvientes armados los buscaban detrás de cada arbusto, atraídos por la recompensa ofrecida por el rey Juan. En el último mes dormía mal, pasaba horas despierta respirando con dificultad y con una tos que a veces no cesaba en toda la noche, en ocasiones salía de su boca un moco verde mezclado con sangre, al principio solo hilos de sangre pero en los últimos días se habían vuelto totalmente rojos . El embarazo no había logrado apaciguar a Robin, que se había vuelto distante y huraño, casi no hablaban y hacía mucho tiempo que no recibía de él una frase amable o el consuelo de una caricia. La mente de Marian también volaba hacia el pasado, había amado en demasía, se decía a sí misma, consumió todo el amor que Dios le había asignado para esta vida y ahora ya no le quedaba nada, había tenido la ilusión que el hijo por venir cambiara todo y una vez más el viento soplaría a su favor, pero los acontecimientos de los últimos meses habían hecho saltar por los aires toda esperanza, y ahora esta tos que no la dejaba, ya había visto a otros toser de esa manera y sabía como terminaban. Al menos el pequeño Juan se mantenía atento a sus necesidades y hacía lo posible por complacerla, era un hombre extraño, pese a su aspecto algo grotesco, debido a su enorme figura, había en él una cierta ternura, para el ojo poco observador sólo era visible el hombre capaz de destrozar de un solo golpe a quien le presentara batalla. Lo apodaban el carnicero de Sherwood, después de la rebelión de Much. Nadie tenia idea de lo delicado que podía ser su trato, ni del calor que desprendían sus ojos cuando en medio de la oscuridad la contemplaba, las caricias de su mirada era el único bálsamo de que disponía en estos días de oscuridad.


Se hizo un silencio absoluto en el bosque, los sentidos bien entrenados de Robin le decían que algún peligro de acercaba, tomó el arco en sus manos y aguzó la vista intentando adivinar que había mas allá de la niebla, no tuvo que esperar mucho, ya se escuchaban los pasos de dos hombres que caminaban apresuradamente y el jadeo de uno de ellos delataba a un hombre gordo y entrado en años, era lo que esperaba, se trataba del pequeño Juan y del padre Tuck.
Se aseguraron de que nadie los siguió, les dijo Robin, antes de fundirse en un abrazo con el padre Tuck -no te preocupes, están acostumbrados a verme salir a todas horas, Dios nunca duerme - le respondió este. Tuck corrió junto a Marian, que ansiosa lo llamaba desde el fondo de la cueva-¿Cómo estas pequeña? Ya falta poco, tranquila.- le dijo, intentando tranquilizarla, mientras se esforzaba en esbozar una tenue sonrisa. Tuck estaba horrorizado, la imagen que tenia delante en nada recordaba a la hermosa mujer de otros tiempos. Después de unos minutos se volvió hacia Robin , y llevándolo lejos de Marian le dijo que necesitaban una comadrona, que el no sabia de partos, intento hacer razonar a Robin de la necesidad de sacar a Marian de ese lugar, que de lo contrario terminaría por matarla. Estuvieron debatiendo unos minutos, pero los gritos de Marian pusieron punto final a la conversación, corrieron a su lado. Robin aceptó que Tuck se llevara al niño a un lugar seguro, después del parto, y en cuanto se calmara la persecución se reunirían con él y se irían lejos de allí. Entre las piernas de Marian asomaba una mata de pelo ensangrentada.
Casi al amanecer el llanto de un niño llenaba la cueva. Marian había perdido el conocimiento en el último instante. Asearon al pequeño lo mejor que pudieron. Robin permanecía como petrificado ante las maniobras del padre Tuck, sólo sus ojos, que volaban del niño a la madre, delataban la tormenta de ideas en su interior. Lo colocaron sobre el pecho de su madre. El pequeño Juan humedeció la frente y los labios de Marian, que recuperó la conciencia, y sin pronunciar palabra, tomó el bebe en sus brazos. El llanto del pequeño se confundía con los sollozos apagados de la madre. Robin, Tuck, y el pequeño Juan, guardaban silencio.


Imagenes: Robin Hood, serie de 100 "Postalitas Cubanas" publicada en Cuba en la década del sesenta. Tomadas del blog Guije.com.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Ahhh - “Notaciones”: receta para ocultar la miseria propia.


Si usted es parte de un grupo, mire atentamente a su alrededor, y busque las personas que parezcan más lastimadas, con mayor necesidad de ser aceptadas, intime con ellas, genere espacios donde las haga sentir aceptadas de forma incondicional, adopte una actitud pueril, con expresiones físicas de sus afectos, como abrazos y besos prolongados, de ser posible en lugares públicos, actúe como un adolescente, eso reforzara lazos afectivos y creara anclajes que se remontan a esta etapa de la vida. No olvide adular a estas personas en especial en lo referente a lo que ellos creen son sus mayores talentos y capacidades. Use sus recursos personales o posición social para facilitarles la vida, haga cosas por ellos en un sentido práctico, eso generara compromisos. No olvide hablar de sus propios talentos, de su preparación e historia de vida, de aquellos momentos gloriosos del pasado, hágalo de manera inspirada, deslúmbrelos con su sabiduría, apóyese en los nombres de personas ilustres que conozca o con los que haya entrado en contacto alguna vez. Haga planes para realizar obras complejas de sentido social, que redunden en beneficios para la comunidad, si es posible haga alguna gestión en ese sentido, aparente seriedad, ya sabemos que no lo logrará, pero es importante que parezca auténtica su determinación. Si logra despertar su admiración habrá sentado las bases para conseguir su objetivo.
Recuerde que toda relación tiene una primera etapa de pasión donde es fácil que no la juzguen por sus actos pues hay una actitud de indulgencia acerca de sus faltas, cuyo origen esta en la idealización de que usted es objeto, pero no abuse en demasía de esta circunstancia, a medida que va pasando el tiempo las relaciones sufren desgaste y se va descorriendo el velo de la ilusión, recuerde actuar de manera orgánica pero nunca olvide quien es usted realmente, la ilusión que usted ha creado es para los otros, no para usted, caso de ceder a la tentación de creerla entonces necesitara ayuda psicológica. ¿Cómo luchar contra el desgaste de la relación? He aquí una receta infalible: busque dentro del grupo aquella persona que ejerza algún tipo de liderazgo, de ser posible alguien con una personalidad fuerte. Empiece por criticar, dentro del grupo que usted ha creado, los rasgos del carácter del líder, juzgue sus intenciones y no sus actos, siempre presentándolas como las de alguien con ansias de poder, que quiere concentrar todo el control en sus manos, presente esto como el mayor impedimento para conseguir que usted y sus adeptos tengan algún éxito, no importa que este líder no sea un impedimento real para que usted y sus adeptos desarrollen su obra, el sólo hecho de presentar al líder como un enemigo común será suficiente para cohesionar su grupo, recuerde que usted esta rodeado de gente herida, con ansias de encontrar un pretexto que valide su conducta, que dignifique la sensación de fracaso que los acompaña, intente ganar adeptos invitando a otros a compartir espacios de ocio y aproveche cualquier desavenencia de algún miembro del grupo con el líder para darle calor, y reforzar la imagen negativa que usted intenta vender del líder, no escatime esfuerzos para desacreditarlo, no olvide incluir en su discurso conceptos como "libertad personal", "humanismo", "igualdad", "justicia" y "derechos". Recuerde que ese, es tiempo ganado para que sus adeptos no puedan ver la miseria, la suya y la de ellos. Intente siempre mantenerse en un segundo plano, deje que sus adeptos se lancen a la primera línea de batalla, los más impulsivos, menos sagaces, o los más necesitados de sus afectos, por la hondura de sus heridas, aquellos que tienen el alma limpia y que por ello son verdaderos creyentes, serán los primeros en lanzarse en la cruzada contra el líder. Por último, evite toda confrontación personal con el líder, cualquier entendimiento que conduzca a una solución del problema también debe ser evitado, no olvide que necesita la confrontación, esa es su cortina de humo, si esta situación se le fuera de las manos todos verían el vacío y la soledad que hay en su alma, que es un espíritu tóxico. No importa que sea una persona ungida, dotada, amistosa, trabajadora, que parezca ser una respuesta a la oración. El entusiasmo inicial que despertó su llegada, porque parecía tener un altísimo potencial, habrá desaparecido. Cuando se le quite la fachada, el barniz, la capa superficial, debajo de eso sólo verán aparecer la rebelión, la acusación, la manipulación, las ansias de control, la mentira, la ira, la arrogancia, la "super espiritualidad", el chisme, las críticas, los celos, la astucia, la maña y la falsa preocupación. Para ese momento todos ya se habrán vuelto contra usted, la única buena noticia es que quizás, sólo entonces, este listo para una auténtica conversión.

viernes, 20 de agosto de 2010

La Isla Presidencial IV

La Isla Presidencial III

La Isla Presidencial II

La Isla Presidencial I

sábado, 31 de julio de 2010

Destinos: La mosca de Obama y los toros.

La Mosca.



Los Toros.

sábado, 24 de julio de 2010

Kseniya Simonova - Sand Animation

viernes, 16 de julio de 2010

Con licencia para el caos.


La ciudad esta enloquecida. A mi alrededor, mis vecinos, de los altos, han lanzado, a mi patio, más basura de la habitual; colillas de cigarro, palillos de dientes, papeles, goma de mascar, pero sobre todo han lanzado gritos y más gritos, en una lengua desconocida, imposible de entender, y en medio de todo el llanto interminable de un niño. Frente a la puerta de casa un hombre vocifera ¡FACISTAS, FACISTAS! su silueta se ve deforme a través del cristal de mi puerta, se desdibujan sus contornos, su voz rajada hiere los sentidos, vuelve una y otra vez con lo mismo ¡FACISTAS, FACISTAS! no se calla, desde un balcón le han lanzado un cubo de agua. Estállan varios petardos en la calle y el sonido del claxon, de todo tipo de autos, se mezcla, formando, junto a los petardos, un estruendo que, como un tsunami, arrasa con mis nervios, los gatos de casa están en pánico, corren de un lado a otro sin cesar, la gata se ha metido dentro de la nevera. Decido salir a la calle, un hombre viejo se aleja de mi puerta chorreando agua por todas partes, mirando sin cesar a los balcones y amenazando, con su puño cerrado, a lo que parece un enemigo desconocido, entre dientes repite ¡fascistas, fascistas! Me vuelvo hacia la otra esquina, y allí, un grupo de jóvenes, esta reunido, en torno a una hoguera, donde se consume una bandera autonómica. Hay un ir y venir de personas que me ignoran, pasan a toda velocidad, sin rumbo fijo, como balas perdidas en medio de un combate, por doquier se elevan columnas de humo, Babel se ha volcado a las calles, tambores, pitos, y muchas banderas. Es el caos, España acaba de ganar el mundial de fútbol.

viernes, 2 de julio de 2010

La lenta noche en tus ojos.

martes, 29 de junio de 2010

El tiempo y la espera.


Tener noticias de ti, se ha vuelto una quimera, cada semana parte el correo a tu encuentro, como si se tratara de un acto de fe, parte llevándose una parte de mi historia, una parte mínima, la que permite la censura, no la oficial, sino la otra, la que habla en tu nombre, un viaje transoceánico, que no sé, a ciencia cierta, donde termina. Amanece aquí y anochece allá, pasan las horas, los días, los meses, y ya son años los que pasan. Un desconocido, que habita en mi cuerpo, tocará un día a tu puerta, por equipaje: soledad y una montaña de cartas sin respuesta.

viernes, 18 de junio de 2010

Una de fútbol: la maldición del 38


En marzo de 1938 las tropas alemanas entraban en Austria y se anexaban aquel país, de paso se anexaban los jugadores del equipo de fútbol austriaco, por entonces el campeón de Europa. Sindelar, el mejor jugador austriaco, se negó de forma terminante, pagó cara su decisión; denostado, sin trabajo y solitario, se suicidó el 22 de enero de 1939. El mundial de fútbol se celebraría en Francia durante el mes de junio de 1938. De la vecina España llegaba el sonido de las balas, se enfrentaban republicanos y falangistas en una guerra civil. En Asia, China y Japón también estaban en guerra. Para no desentonar con el ambiente bélico, dentro de la FIFA también se había desatado una guerra, Su fundador, Jules Rimet, hizo valer toda su influencia para que le fuera concedida la sede a Francia, en contra de la tradición que marcaba que, ese mundial, se celebraría en América, en este caso en Argentina, de manera que se desató un boicot al mundial, renunciaron a participar: Argentina, Uruguay, USA, Costa Rica, El Salvador, Surinam, Colombia y México. Brasil decidió participar debido a que aspiraba a organizar el siguiente. Gracias a estas deserciones es que llega el equipo cubano al mundial.


Mientras, el pequeño Fidel, un adolescente, muy cerca de cumplir los 12 años de edad, correteaba por los campos de Biran, en el oriente cubano. En el estadio Toulouse de Francia a las 5 de la tarde del 5 de junio de 1938, se enfrentaban los equipos de Cuba y Rumania. Batía el estadio una leve brisa, y aunque estaba el cielo despejado, la temperatura rondaba los 18 grados, unas 7 000 almas habían acudido a presenciar el partido. Los cubanos venían de La Habana, militaban en clubes que, a juzgar por sus nombres (Centro Gallego, Juventud Asturiana, Iberia Habana, etc.), estaban formados por emigrantes españoles o sus descendientes. Transcurrida la primera mitad, las cosas marchaban como cabía esperar, Rumania ganaba por un gol a cero, nadie podía imaginar lo que vino después, tras el tiempo complementario y un tiempo extra de 30 minutos el marcador era de tres a tres, empate, según las reglas de la época había que volver a jugar. Por Cuba destacó, en ese partido, el portero Carvajales, lo hizo tan bien que una emisora cubana que había viajado a Francia para narrar el partido lo contrató para que narrara el desempate, y éste, sin estar lesionado, ni nada que le impidiera jugar, decidió aceptar. Para mayor sorpresa, el segundo juego terminó con victoria cubana de dos a uno, goles de Héctor Socorro a los 51’ y de Tomas Fernández a los 53’, pero los cubanos quemaron toda la pólvora y terminaron agotados. Se movieron a Antibes donde disputarían el primer partido de cuartos, ante Suecia, y allí no pudieron ni tocar la recién estrenada pelota de aire, con válvula, un invento argentino, cayeron por un abultado marcador de ocho a cero, que no sé si será récord, pero estoy seguro de que lo fue durante mucho tiempo. De esta forma terminó la única incursión cubana en un mundial de fútbol.


No consta que, el entonces presidente de Cuba, Federico Laredo Brú haya estado al tanto de los resultados del mundial, ni tan siquiera que lo haya seguido por radio. Lo que si cabe sospechar es que el adolescente Fidel Castro estuvo al tanto de las noticias relacionadas con el evento deportivo. En especial debe haberle causado dolor la derrota del equipo cubano por un humillante ocho a cero, en franco contraste con la victoria, en la final, del equipo italiano, que actuó motivado por el telegrama que les envió Mussolini, donde les ordenaba, “Vencer o Morir”, de esa época data su obsesión por la figura de “El Duce”. Es conocido que en su juventud Fidel coleccionaba los discursos del líder fascista, su pasión por las consignas, también de corte fascista, su interés en el deporte, como herramienta propagandística de su proyecto político, sus llamadas a los entrenadores durante los juegos, para decirles la estrategia a seguir, que deportistas pueden o no participar en una competencia, en fin, lo que se le ocurra, sus juegos de pelota, estando ya en el poder, en el estadio Latino Americano, vestido de pelotero, mientras la multitud aplaude frenéticamente. Todo esto podría no ser otra cosa más que la proyección del retorcido mecanismo que encontró un niño para restablecer su auto estima lastimada ante aquella derrota ocho a cero frente a Suecia. La identificación con la figura de Mussolini no sería otra cosa más que la manera que encontró de entrar por la senda de los vencedores, ser parte de ellos y sobreponerse al sabor amargo de la derrota. Pura especulación podrías decir, pero que pasa, si tengo razón.


Nadie es capaz de imaginar las consecuencias, que para el futuro puede tener la imagen que, en la cabeza de un niño, se forme tan sólo al escuchar un partido de fútbol y lo que puede despertar en él. De manera que les recomiendo, a todos los padres: alejen a sus hijos de las trasmisiones del mundial. Nunca se sabe lo que un partido de fútbol nos podría traer y si no me cree, pregúntele a los cubanos.

lunes, 7 de junio de 2010

Los dos nacimientos de Kim Jong IL.

viernes, 28 de mayo de 2010

Eternity´s Breath.

El piso de granito, frío, es el lugar más fresco de la casa, es mediodia, hay mucha luz, en el viejo tocadiscos suena Mahavishnu Orchestra("Visions Of The Emerald Beyond"), un viejo LP heredado de mi hermano. Mi pequeño hijo, de unos dos años, retoza a mi alrededor, por un momento se detiene y se queda como abstraido, de fondo "Eternity´s Breath", lo miro y contemplo su rostro, todo inocencia. -En qué piensas, mi niño- le pregunto. Me mira y, muy serio, me dice -Yo pienso mucho, papá, yo pienso mucho- y ese instante, se hizo eterno en mi memoria.

viernes, 21 de mayo de 2010

El campeón.

El tren se acerca a la estación, como cada día está cerca de la última puerta del último vagón. Estuvo lento poniendose el abrigo y eso le hizo perder unos segundos, al avanzar, por el pasillo, se percató de que ya había unas 11 personas bloqueando la salida. Aminora la marcha, se detiene, se abren las puertas y se inicia la estampida. Se acerca una multitud de frente, el andén es estrecho, intenta adelantar a los primeros por la derecha, no puede, una anciana le bloquea el paso, se mueve a la izquierda, se apresura y logra vencer el obstáculo, adelanta a otras dos señoras que van animadamente conversando, sigue avanzando, cuenta las personas que tiene delante, y que ya se aproximan al túnel de salida, una recta de unos 150 metros, son 7, va en octavo lugar, se dice que estar entre los 10 primeros es un buen resultado, pero no es suficiente, apresura el paso, el túnel, en el tramo inicial, es cuesta arriba, un grupo de tres turistas es el objetivo más cercano, van cargados de maletas, es fácil, ya los adelanta, es el quinto, termina la cuesta. Se inicia un descenso, que sabe es crucial, delante ahora tiene una rubia con unas nalgas bien dibujadas y, en ellas, mucho ritmo, se distrae, la adelanta también, tiene una cara bonita, ya es cuarto, un esfuerzo más y entrará en medallas, ya le da alcance al tercero, los dos primeros ya se acecan a la salida, el que va segundo inicia una carrerita, ¡descalificado!, no se puede correr, ya sólo tiene una por delante, una muchachita que parece que vuela, ya está en la salida del túnel, no la logra sobrepasar, no importa, esta es sólo una meta volante, la definitiva está en la escalera que conduce a la calle, ya se acerca, le bloquea el paso un grupo de personas que viene bajando , está a sólo dos o tres escalones del final, la muchacha supera de un salto los dos últimos; nueva regla, eso es ilegal, está descalificada. ¡Victoria!, ¡Victoria!
Ya en la superficie, el sol golpea su rostro de vencedor, e imagina que una multitud le aplaude sin cesar. Se arregla la corbata y se dirige rumbo a casa, en medio de una ciudad que, indiferente, lo ve pasar. Lo que sigue ya lo sabe de memoria, mamá lo estará esperando con la comida servida, luego las noticias, intenta que su madre lo deje a solas, un buen baño, se encierra en su cuarto, internet, entra a dos o tres foros donde, bajo el seudónimo de "El Campeón", habla pestes de los Estados Unidos, defiende el socialismo del siglo XXI, el Chavismo, a Evo Morales, y su favorito; Fidel y la revolución cubana. Abruma a los foristas con las estadisticas más variadas, el récord de producción de leche de Ubre Blanca, la tasa de mortalidad infantil en el último año, cuantos niños mueren de disenteria en el mundo, etc. Tiene varias carpetas de información que corta y pega sin cesar, se pasa frente al ordenador tres y cuatro horas, termina siempre en una página porno, se masturba a sólas y fantasea con ir a Cuba de vacaciones, acostarse con dos mulatas y pedirle matrimonio a una tercera, frente a los restos del Che, en Santa Clara. Cerca de la media noche, exhausto, cae en la cama. Como cada noche el Che se le aparece en sueños. En la mañana suele sentirse confundido al recordar, que tuvo una erección, cuando el Che le dijo al oido, "Hasta la victoria siempre, campeón".

domingo, 9 de mayo de 2010

Segundo domingo de mayo.

Acababa de terminar un pote de medio litro de helado, escudriñaba el fondo del vaso buscando no dejar ni una gota, se saboreaba, y en su interior comenzaba a abrirse paso un sentimiento de culpabilidad. Es entonces cuando se percata de cuanto le aprieta el pantalón, los botones de la camisa parecen que van a reventar, se mira en el espejo y apenas se reconoce. Es el segundo domingo de mayo, día de las madres. La culpa a ella de su comer obsesivo: “hay que comérselo todo, no puedes dejar nada en el plato”. Una y otra vez se dice a si mismo que no puede parar de comer. El recuerdo de su madre cruza su mente, “este niño si tiene buena boca, se lo come todo”, en la mesa los elogios estaban siempre garantizados, comer, y comer, y comer.

Es el día de las madres y mamá no está, quedó allá, en la isla innombrable, una lasca de queso, un poco de mermelada de fresa. Mamá no está, se quedó sola, convive con otros, buenos, pero extraños, qué habrá comido hoy. Mamá no está, y él sigue engordando, lejos de ella, soñando caricias y besos que nunca fueron, lastimándose para perdonarse. Mamá no está, y la extraña.

domingo, 2 de mayo de 2010

Crónicas de Sherwood I

Tras la muerte del rey Ricardo, Robin decidió que debían regresar al bosque de Sherwood. Juan sin tierra, el nuevo rey, no dudó en lanzar sus huestes contra todos los que lo habían combatido en el pasado y se habían confabulado para devolver el poder a su hermano Ricardo. Robin estaba en el centro de su venganza. Se acercaban tiempos difíciles.


El refugio, además de oscuro, no era muy amplio. El arroyuelo de aguas subterráneas proporcionaba agua fresca, pero el ambiente permanecía cargado de humedad. En medio de la oscuridad se sentían las alimañas del bosque correr furtivamente por los rincones. La cueva estaba hacia la parte norte de Sherwood, el pequeño Juan la había encontrado por casualidad, hacía varios años, cuando, bajo las ordenes de Robin, combatía al príncipe Juan. En aquel entonces le comunicó su hallazgo a Robin y resultó que el lugar era totalmente desconocido y prácticamente inaccesible. Robin le ordenó guardar el secreto para dejar ese escondite para una situación de emergencia extrema, finalmente esta se había presentado.
Marian yacía sobre un montón de paja, a la luz de un candil su sombra se proyectaba sobre las rocas, tenía el rostro perlado de sudor, los ojos hundidos y desencajados, la boca cerrada con los labios pálidos y apretados, los espasmos de dolor se sucedían cada vez más frecuentemente, parecía que su vientre iba a estallar. Hacía más de cuatro horas que el pequeño Juan había partido, en medio de la noche, en busca del padre Tuck, en dos horas más ya debían estar de vuelta.
Robin tenía la vista clavada en la pared de niebla que se extendía más allá de la boca de la cueva, un sinuoso agujero, cubierto de vegetación, apenas perceptible para los que pasaran cerca, estaba en cuclillas cerca de la entrada. Aunque nadie iba nunca por esa parte del bosque, había que estar alerta pues estaba infestado de soldados que lo buscaban por todas partes, además del peligro de una delación por parte de cualquiera de sus antiguos siervos que conocían el bosque como la palma de su mano. Cada vez más altos, y a intervalos más cortos, llegaban a sus oídos los quejidos de Marian, giraba la cabeza en dirección a ella y susurraba para sí -cállate de una vez, para ya- después se volvía hacia la pared de niebla y su mente se perdía en un mar de recuerdos.
Aquellos días gloriosos se habían ido, recordaba cuando él era la pesadilla de los ricos y el ídolo de los pobres, los juglares cantaban sus hazañas por todo el reino y cada día aparecía gente en Sherwood dispuesta a sumarse a la banda. Donde estaban todos esos ingratos ahora, pensó, y el ceño se le contrajo. Durante la huida del castillo, hacía un par de meses, no sabía a quien temerle más, si a las tropas del rey Juan, que estaban a un día de camino, o a sus propios siervos y soldados, que desaparecían cada noche y se unían al enemigo. Sólo el pequeño Juan se mantuvo, como un perro fiel, a su lado, también a él lo odiaban, había sido su instrumento más eficaz cuando se hizo necesario poner orden. Que esperaban esos tontos, mantenían en asedio al castillo esperando que cada día se hiciera el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, todos querían una tajada de los ricos, olvidaban que Dios los había destinado a la servidumbre, les había dado un señor justo, que más esperaban. No entendían que Sherwood era un santuario, reservado para quienes habían conquistado con el filo de su espada el derecho a disfrutar de sus bondades de manera ilimitada y gratuita, pagar tributo, por el derecho a cazar, no era otra cosa más que compartir la gloria de Sherwood con los hombres que lo habían hecho grande, y quién hizo de Sherwood un lugar sagrado sino él.


¡Malditos!, la imagen de aquellos hombres que habían luchado junto a él, en Sherwood, acudía a su memoria, se les divisaba desde la muralla norte del castillo , justo tenían el rostro vuelto hacia el bosque, sus cuerpos se balanceaban colgados de un roble enorme, que estaba a pocos metros de la muralla. Especialmente difícil se hizo colgar a Much, su antaño fiel servidor y que lo acompañó en tantas aventuras pero que decidió traicionarlo y seguir asolando los alrededores, asaltando a todo el que se atrevía a cruzar Sherwood. No quería matarlo, le mandó mensajes pidiéndole la rendición, le ofreció dinero para que se marchara lejos, no pareció entender que los tiempos habían cambiado. Much se había vuelto muy popular y empezaba a sumar adeptos, se hizo correr la voz de que recibía dinero del príncipe Juan, por entonces en el exilio, pero su popularidad no disminuyó. Con la complicidad del padre Tuck se propagó el rumor de que Much estaba endemoniado, que el espíritu, en pena, de Guy de Gisbourne se había apoderado de su alma y lo había vuelto contra Robin para vengarse de ambos, una mujer dijo haber visto como, durante un asalto, el rostro de Much se transformaba , largos colmillos salían de su boca y unos cuernos enormes ensangrentados crecían en su cabeza; la gente la rodeaba y la escuchaba aterrorizada, la historia se propagó con facilidad y propició un par de delaciones que al final permitieron capturarlo. La multitud pedía clemencia, Marian le pedía que lo perdonara, una voz en su interior también pedía clemencia.



Al final se impuso la lógica del poder, había que dar un escarmiento que fuera definitivo. Entonces no lo sabía, pero aquel fue el principio del fin.



Imagenes: Robin Hood, serie de 100 "Postalitas Cubanas" publicada en Cuba en la década del sesenta. Tomadas del blog Guije.com.

jueves, 25 de marzo de 2010

Aquél.


"Es muy perigroso". No fue lo primero que le escuché decir, pero se me quedó grabado en la memoria. No sabe quienes son sus padres, creció en un hogar de adopción y a los 18 años abandonó patría y hogar para probar suerte en el mundo, quería estudiar, dijo que tuvo una beca, deambuló por algún país de América del Sur y, no me explicó cómo, un buen día, apareció en España.
No conocía a nadie y hablaba muy mal el español, pero eso no fue obstáculo; al principio intentó estudiar, matriculó en la universidad, y consiguió un trabajo de friega platos. No pudo con las mensualidades, dos años fregando platos en un negocio de chinos, se venció el visado de estudiante, ilegalidad, quebraron los chinos, el mundo empezó a volverse "perigroso". Cuando lo conocí hacía más de tres meses que no comía caliente y trabajaba, en un hostal, 5 horas diarias, sólo para que le permitieran dormir en un colchón, escondido en una especie de armario, los clientes no podian verlo, a veces le pedian algun trabajo extra, limpiar y cosas por el estilo, y lo amenazaban con echarlo a la calle si no aceptaba, no tomaba apenas agua para no tener que ir al baño en la noche, no estaba permitido. No era el único en esa situación, había otros, algunos de sus compañeros lo golpeaban de vez en vez si se negaba a ayudarlos.
Habla poco, parece un animalito asustado. Cuando logra sentarse frente a un ordenador se emociona leyendo noticias sobre la vida de la nobleza, se le suaviza el rostro y parece que abandona este mundo. No le gusta mezclar lo dulce y lo amargo cuando come, dice tener miedo de que se le inflame el abdomen y explotar. Hace unos dias, accidentalmente, activó la webcam y empezó a reir, como un niño, cuando vió su rostro en la pantalla del ordenador.
Me contaron que escapó del hostal, dicen que un alma caritativa lo acogió en su casa, yo no estoy seguro, juraria que escuché, en la madrugada, al doblar una esquina, y entre un monton de cajas de carton, un murmullo interminable que decía "es muy perigroso, ¡uy! cuanta gente perigrosa".

martes, 23 de febrero de 2010

El rostro de las víctimas.

No parece creerme cuando le digo que en Cuba hay una dictadura, tampoco parece creerme cuando le digo que el gobierno es despiadado con quienes le hacen frente, no ha escuchado nada de los presos de conciencia, de manera que esta convencida de que no existen. Dice que todo parece muy tranquilo en Cuba, que los estudiantes no protestan, las marchas multitudinarias de apoyo a la Revolución llenan titulares, que la salud es una maravilla, que la educación es extraordinaria, que lo bien preparados que estamos, que si el embargo norteamericano es el culpable de todo. Casi con lágrimas en los ojos me dio la noticia de la victoria de Obama en las pasadas elecciones en USA, me dijo "no te alegras, ahora seguro mejora la cosa en Cuba", no entendió cuando le dije que el problema de Cuba era entre el gobierno de Cuba y su pueblo, que Obama me daba igual.

Hace unos minutos acabo de leer la noticia del fallecimiento, en La Habana, del preso de conciencia Orlando Zapata Tamayo, tras más de 80 dias de huelga de hambre, buscando que sea reconocido su status de preso político, algo que ya hizo amnistia internacional.
Mañana le contaré a mi amiga, no me hago ilusiones, seguramente me mirará con incrédulidad, a lo mejor piensa que es un mercenario al servicio de la CIA, lo cual, a sus ojos, lo despoja de toda humanidad y lo hace merecedor de su destino, podría ser que no me escuchara pues el calentamiento global no deja lugar en su cabeza para otra cosa, pero lo más probable es que se quede sin saber que decir. No es tan sencillo mirar el rostro de quien acaba de entregar su vida por defender las ideas en las que cree, no es tan sencillo mirar el dolor de una madre y seguir indiferente, no será fácil que me mire a los ojos y no vea que tengo el alma rota de dolor. Esta vez mi amiga tendrá que mirar a los ojos de las víctimas.

Que Dios tenga en la gloria a Orlando Zapata Tamayo, todo mi apoyo para sus familiares y los mas de 200 presos de conciencia que estan actualmente en cárceles cubanas.

viernes, 19 de febrero de 2010

Acerca del hombre invisible.


El mimetismo es la capacidad de algunos seres vivos de confundirse con otros de su entorno o en algunos casos con el entorno mismo(camuflaje) para obtener alguna ventaja funcional, de esa manera se protege de depredadores o atrae presas a su entorno en los casos que ejerce, él mismo, como depredador.


Los humanos también tenemos esta capacidad con la singularidad de que, al ser seres pensantes, el mimetismo se pone en funcion de llenar necesidades que pertenecen al reino de nuestra vida interior, no es casual que grandes grupos sociales compartan gustos por determinada música, maneras de vestir, costumbres, respeto por determinados valores y tradiciones, se trata de fenómenos complejos pero en los que el mimetismo como recurso adaptativo juega un papel fundamental. Movidos, ya sea por la necesidad de ser aceptado dentro del grupo, o por la busqueda de un entorno seguro en el que reconocernos, intentamos confundirnos con la masa, no destacar demasiado, evitamos la discordancia.


En las sociedades totalitarias, el poder pone particular empeño en uniformar a los individuos, lo que juega un papel adaptativo(busqueda de aceptación, seguridad, etc), y que se da como un fenómeno natural en todos los humanos, es potenciado por quienes ostentan el poder hasta el punto de que se convierte en las cadenas, invisibles, que atan la individualidad y anulan la iniciativa.


Si algun osado se atreve a desafiar la monótona uniformidad, no faltará el pronto recordatorio de los riesgos que implica ser auténtico: persecusión, cárcel, y lo peor, el rechazo del grupo, no hay que olvidar que se esta poniendo en peligro su sensación de seguridad.


El precio de ser uno mismo, de no perder nuestra singularidad, es la soledad, vale la pena, pero hay que estar dispuesto a pagarlo.


Imagenes: Liu Bolin, pintor y escultor chino, en sus trabajos no utiliza retóque fotográfico.

lunes, 15 de febrero de 2010

In Every Dream Home A Heartache




Roxy Music "In Every Dream Home A Heartache". Lyrics.

(Ferry)

In every dream home a heartache
And every step I take
Takes me further from heaven

Is there a heaven?
I`d like to think so

Standards of living
They are rising daily
But home oh sweet home
It only a saying

From bell push to faucet
In smart town apartment
The cottage is pretty
The main house a palace

Penthouse perfection
But what goes on
What to do there
Better pray there

Open plan living
Bungalow ranch style
All of it's comforts
Seem so essential

I bought you mail order
My plain wrapper baby
Your skin is like vinyl
The perfect companion
You float in my new pool
Deluxe and delightful
Inflatable doll
My role is to serve you

Disposable darling
Can't throw you away now
Immortal and life size
My breath is inside you
I'll dress you up daily
And keep you till death sighs

Inflatable doll
Lover ungrateful
I blew up your body...
But you blew my mind

Oh Those Heartaches
Dreamhome Heartaches

Oh Those Heartaches
Dreamhome Heartaches

Oh Those Heartaches
Dreamhome Heartaches

Oh Those Heartaches
{Fades out then back again}

domingo, 7 de febrero de 2010

¿La vida sigue igual?


La escuela estaba junto a la iglesia, era un antiguo colegio de monjas que había sido "intervenido" por la Revolución, en aquellos años en que fueron barridos curas, monjas, crucifijos, rosarios, y Dios se fué a la clandestinidad. Eramos muchos en el aula de segundo grado, la generación de la explosión demográfica de finales de los 60, el aula era enorme, de puntal alto, con grandes ventanas que daban a la calle, y muy iluminada. Yo me sentaba en una mesa hacia el fondo, a mi lado se sentaba una niña que habia llegado nueva, a la escuela, hacia sólo unas pocas semanas, casi no hablabamos, recuerdo que se comía los lápices y siempre tenía la boca y el uniforme sucio de grafito, era inteligente pero muy chapucera, en esto haciamos una buena pareja pues mis libretas estaban simpre saturadas de borrones y dibujos, y de mi letra mejor no hablar, aún hoy, es horrible. Una mañana la maestra nos avisó que al día siguiente no tendriamos clases, en lugar de eso iriamos al cine, a ver "La vida sigue igual", película que protagonizara Julio Iglesias y que, aunque yo entonces lo ignoraba, era el acontecimiento del año en el pueblo y me temo que en todo el país. No había terminado de decir esto, la maestra, una niña , gordita, y rosada como una manzana, que vivia cerca de mi casa, estalló en llanto , inconsolable, no paraba de llorar, se puso roja como un tomate, hubo que sacarla del aula, sólo repetía "por qué me tenía que pasar esto a mi", un rato después, durante el recreo, un niño , no sé de donde sacó la información de que la causa en cuestión del llanto era que sus padres se estaban divorciando, casi ningun niño sabía bien de que iba la historia pero a juzgar por el llanto de la niña estabamos seguros de que no era nada bueno, yo me consolé pensando que a mi no podría sucederme nada parecido pues mis padres eran mayores y los viejos simpre estan juntos, me preocupaba que se murieran pero divorcio, no, eso no me sonaba, los viejos no se divorcian, cómo fué que llegué a esa conclusión, la verdad es que lo ignoro, pero me sirvió de consuelo durante mucho tiempo, no obstante, esa noche, los estuve estudiando, me fuí a la cama, como a las 8, sin haber notado nada que se pareciera a un divorcio, cualquiera que fuera el significado de esa palabra , pero no dormi bien.
El cine del pueblo tenía un montón de años, los asientos no eran butacas sino bancos de madera, bastante incómodos, no tenía aire acondicionado, sino ventiladores viejisimos que no siempre funcionaban, los dias de mucho calor dejaban las puertas laterales de salida abiertas, para que circulara un poco de aire. Aquel día daban una tanda extra para que los niños de las escuelas vieran la película, no tengo idea de quien habra sido la idea, pero, en medio de la locura revolucionaria y en un pueblo del interior, todo es posible. Salimos de la escuela formados de dos en dos, tomados de la mano, a mi lado iba mi compañera de aula, mientras andabamos se me ocurrió que ella era mi novia y ya empezaba a convencerme cuando la maestra se inclinó delante de mi a recoger algo que se le había caído al suelo, eran los años de la minifalda y mi maestra tenía unos muslos preciosos, en más de una ocasión la espié en clases para verle los muslos y alguna que otra vez las nalgas, esta vez la emoción me duro poco, pasabamos en ese momento cerca del policlínico del pueblo y recordé que el novio de mi maestra era mi dentista, él se empeñaba en llenar mi boca de hierros y en sacarme alguna muela de vez en cuando, yo, en venganza, le vacilaba a su novia pero tenía la sospecha de que podría ser al reves y él era quien se vengaba de mi, nunca supe la verdad, ese día no fue difícil reconciliarme con la idea de que mi compañera de aula era mi novia. Recuerdo el cine a oscuras, no le solté la mano en toda la función "...siempre hay por quien sufrir y a quien amar...", algunos niños estaban dormidos, entre los mayores se escuchaba algun que otro sollozo, la de los padres divorciados lloraba a moco tendido "...unos que nacen , otros moriran, unos que rien , otros lloraran...",el sonido del proyector cuando se termina un rollo y cambia de proyector, silbidos, la acomodadora mandando a callar y poniendo orden entre los niños que se alborotan con tanta algarabia, yo callado, mirando con ojos de adulto a mi alrededor, mi compañera, es decir mi novia, tampoco dice nada, tiene los ojos clavados en la pantalla, tengo la mano acalambrada y sudorosa de no moverla "...los buenos quedan los demás se van...",se encienden las luces, mi novia me suelta la mano sin decir nada, los adultos aplauden y los niños que quedan despiertos se suman al bullicio general, empezamos a salir del cine, un sol intenso nos encandila, en mi cabeza resuena "...la vida sigue igual..."
He visto muchas películas desde entonces, más de un melodrama y hasta he protagonizado alguno, aquella fué la única vez que le tomé la mano a mi compañera de aula, nunca le dije que habiamos sido novios y aunque ella no me rechazó la verdad es que tampoco habló nunca del asunto. Al año siguiente yo cambié de escuela y la perdí de vista por muchos años. Terminé abandonando el pueblo a los 11 años y regresé cuando ya era un hombre.
Un día hablando con mi madre, que seguía en el pueblo, me contó de una muchacha, a la que su esposo, que era policia, le había disparado, decian que en un arranque de celos, y después él se había suicidado. No le puse mucha atención al asunto pues mi madre, nada más yo entrar por la puerta de la casa, acostumbraba a hacerme toda la crónica roja del pueblo, desde mi última visita hasta la fecha, un compendio de noticias que incluian divorcios, suicidios, robos, crimenes, los que murieron "de algo malo", estos últimos eran casi todos los fallecidos del pueblo, no importaba que yo no tuviera idea de quienes eran, ella me lo contaba igual, sin perder ni una gota de entusiasmo, yo la escuchaba. Resultó que un tiempo después de aquella conversación me encontré un amigo de la infancia, y hablando de los tiempos de segundo grado me empezó a contar de mi antigua compañera de mesa, recuerdo que me dijo "que estaba buenisima", que si yo la viera ahora , que si "era un mujeron" y por último me dijo "y pensar que el marido por poco la mata a tiros", efectivamente, era la muchacha del cuento de mi madre. Por esos dias logré verla de lejos en la calle, mi amigo tenía razón, era una mujer preciosa, me acerqué a ella e intercambiamos unas palabras. Me encantaria decir que la tomé de la mano, que nos seguimos viendo, que fuimos felices, y comimos perdices, pero nada de esto pasó, apenas me recordaba y algo, en sus ojos, parecía como ausente. Tambien pregunté por mi maestra de entonces, resultó ser una señora que había protagonizado, hacia pocos años, una de las historias lesbicas más sonadas del pueblo y que tambien ya yo había escuchado de boca de mi madre, sin darme cuenta que se trataba e ella, dicen las malas lenguas que fueron sus muslos los que enloquecieron a su amante, una mujer casada y directora de la escuela. De mi dentista, el novio de la maestra, nadie me pudo dar razón. Aún hoy me da pánico el dentista, tanto que casi no me quedan dientes sanos. La gordita del llanto seguía siendo vecina de mis padres, aún estaba gorda, se encontraba felizmente casada y tenía dos niñas igualmente gorditas y rosadas.
Por último, él que les habla se marchó definitivamente del pueblo, de la provincia y de Cuba, perdió de vista a todos los protagonistas de esta historia, o al menos eso cree. Hay dias en que el pueblo regresa a mi, sin pedir permiso, en dias como esos me pregunto cuanto de mi se ha ido y cuanto de mi aún está sentado en un banco de madera, en ese viejo cine de pueblo, tomado de la mano de mi compañera de aula mientras, en la pantalla, "...la vida sigue igual..."

viernes, 15 de enero de 2010

El Adviento sin fin.


"Adviento, es un tiempo litúrgico que nos invita a detenernos en silencio para percibir una presencia". (S.S.Benedicto XVI).

Cada año, el domingo más cercano al 30 de noviembre se inicia, para los católicos, el año litúrgico, el primer tiempo de este año se le conoce como Adviento y se extiende hasta el 24 de diciembre. El Adviento está lleno de simbología y significado para los católicos. Los ornamentos del altar y las vestiduras del sacerdote son moradas, un color que simboliza austeridad y penitencia. Éste tiempo es percibido como un tiempo de oscuridad, al mundo le falta Jesus, pero por otro lado tambien es un tiempo de preparacion y de espera, una espera basada en la certeza de la pronta venida de Jesus a nuestra vida. El Adviento es un tiempo de oscuridad, silencio, espera y esperanza.
La llegada de Jesús, y que le permitamos entrar, representa la presencia del amor en nuestra vida. Dios no creó juguetes para poder jugar con ellos, ni esclavos para ser mandados por Él. Creó creaturas que pueden compartir como seres iguales en el amor. Nos dió su amor para que podamos amar, pero tambien nos dió el libre albedrio, que nos permite no sólo amar sino tambien renunciar al amor. Una renunciación al amor es dar la espalda a la responsabilidad moral hacia los demas y hacia nosotros mismos. La ausencia del amor en nuestras vidas hace de nosotros un cuenco vacio en el que todo cabe y donde no hay grandes obstáculos para que falsos ídolos e ideólogias encuentren asiento. Es, en este sentido, que siento, que la historia reciente de mi pueblo entronca perfectamente con la simbología del Adviento.
Cuando intento representarme mi patria la visualizo toda de morado, la vida de mi pueblo, aparentemente, no puede ser mas austera y la penitencia no podria ser más larga, vivimos a oscuras, como en un largo Adviento, pero éste no sólo es un tiempo de oscuridad y silencio, tambien es un tiempo de preparación y esperanza. Tengo la impresión que muchos de nosotros o no tenemos esperanza o sencillamente la hemos situado en un lugar fuera de nosotros, donde quedamos a salvo de nuestra responsabilidad para ejercer la libertad de vivir en medio del amor y la verdad, es fácil ceder a esta tentación, no nos damos cuenta y nos traicionamos a nosotros mismos, vamos posponiendo cada dia ese necesario exámen de conciencia. Asumir el control y la responsabilidad por nuestra libertad duele, pero vale la pena, sólo cuando hagamos esto estaremos creando las condiciones propicias para el cambio. La sociedad no es un cuerpo inerte, esta formada por hombres y si queremos que la sociedad cubana cambie tenemos que empezar por nosotros mismos, tenemos que recordar que el Mesías habita en nosotros sólo espera a que volvamos la vista hacia Él para que se haga el milagro del amor y la libertad. Necesitamos recuperar la fe.

domingo, 10 de enero de 2010

El paraiso perdido.


De nuevo frente al mar, una vela, la brisa y un olor a salitre que no siento, me lo tengo que imaginar. No es el unico olor que no siento, las masas de cerdo fritas no huelen a cerdo, el pollo no huele a pollo y tampoco sabe a pollo. Otro problema es el color, el cielo no es azul, es otra cosa, el verde de los arboles es otro verde, o sencillamente no es. Nada huele como debería, o sabe como debería, o tiene el color que debería. Aquí, donde nada es lo que debería ser y donde yo no debería estar, soy libre.
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