viernes, 10 de diciembre de 2010

Almendra.


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Iba y venia por casa, con aquel paso ligero en las mañanas,  recordaba un pájaro asustado. Decía que venía a visitar a la familia pero la verdad es que venía soñando con escuchar aquella música. Fue en una de esas visitas que la escuchó, estaba el tocadiscos sonando en el comedor de casa, bien temprano, cerca del amanecer, talmente parecía que lo había echado a andar un fantasma, pues no había nadie en la habitación, levemente iluminada por las primeras luces del alba. Lina, entró en la habitación justo en el momento en que sonaron los primeros acordes ..TA RA RAN TARAN TARAN...se quedó como petrificada, en medio de la habitación, su voz sonó como un suspiro: “Almendra”. Cerro los ojos y  su mente echó a volar en el tiempo, un chico de traje y corbata la miraba desde el extremo del salón, se alisaba el fino bigote y parecía invitarla a unirse a él, la noche era cálida pero fresca, esa extraña asociación que se da en el trópico,  Lina hacía como que no notaba su presencia, pero con el rabillo del ojo seguía sus pasos, de vez en vez el lunar que tenía en la mejilla parecía deslizarse hacía sus labios, no lo podía evitar, reía, reía y soñaba, soñaba y reía, y sin percatarse desde cuando, bailaba, bailaba y reía, la boca bajo aquel bigotito parecía querer devorarla, o al menos eso creía ella, la orquesta tocaba un danzón que parecía interminable. Te quieres fugar conmigo, y le dijo que si, estaba desesperada por irse de casa, tener hijos y ser feliz, especialmente eso, ser feliz. La habitación seguía desierta, como antes, pero los últimos acordes de la pieza la devolvieron a la realidad, un adolescente entraba en ella, Lina lo miró y, como quien esta en posesión de un gran secreto, le dijo, sabías que conozco esa música, y mientras daba unos pasos de baile decía, es “Almendra”. El chiquillo esbozó un simulacro de sonrisa y la miró con compasión, había escuchado a su madre decir que  Lina estaba muy sola, era viuda, su único hijo, que estaba mal de los nervios, la golpeaba en ocasiones, no tenía a nadie más, sólo a nosotros, una relación que nunca logró entender y cuyo origen se perdía en el tiempo. Lina terminó de girar, de la mano de su compañero imaginario, y desapareció. Cada verano volvía, por  una semana, a  nuestra casa, me buscaba y, en un susurro,  pedía, me pones “Almendra”...TA RA RAN TARAN TARAN...

Música: "Almendra"
Autor: Abelardo Valdes.
Interprete: Camerata Romeu

2 comentarios:

  1. Tantas cosas vinieron a mi memoria. La musica. Parecia estar en la sala de mi casa y tener a Lina con nosotros alli. Historias muy parecidas.
    Y por casualidad tambien, la camerata Romeu me traslado a los pasillos del ISA, a los amigos, a otra vida.
    Muy emotivo este relato.
    Por aca andamos!

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  2. La memoria, que fuera de nosotros sin ella. De la camerata guardo muy gratos recuerdos, estuve en más de un concierto en la Basílica Menor de SFA, frente a la terminal de cruceros, era un sitio de encuentro habitual con la que hoy es mi esposa, de manera que las recuerdo con mucho cariño, sin embargo Almendra la asocio a esta señora(Lina), y a una versión de esa pieza que interpreta Tito Puente en un festival de Jazz en Montreux(1980), existe un disco en vivo que se llama Latin Percusion Jazz Ensemble, "Live at Montreux", busque en internet pero no esta Almendra en los videos de ese concierto que encontré. Un saludo y gracias por la visita.

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