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Tu no estabas entonces, viniste a sustituir a la otra María, años más tarde, cuando el caudillo llegó al poder, no me mires así, te aliaste al dictador, siempre al lado de los poderosos, virgen facha. Entonces me tuve que ir de España, antes de hacerlo pasé por mi pueblo, a despedirme de mi madre, entre lágrimas me dijo que Dios me castigaría por lo que le había hecho a la Iglesia, se arrodilló y abrazada a mis pies, me rogó que le pidiera perdón a Dios. Me fui a Cuba, al Caribe, lejos de todo, y cerca de América. En La Habana me enamoré de una cubana, tuve tres hijos y me hice con un buen trabajo en la compañía eléctrica, una empresa americana, que pagaba muy bien, mi mujer era maestra, era otro mundo, teníamos una buena vida, cada mes le podía mandar unos duros a mi madre, y me traje a dos de mis hermanos a Cuba, la vieja no quería salir del terruño. En el 59 llegó Fidel al poder y volví a abrir los ojos, me di cuenta que me estaba convirtiendo en un burgués, esta vez, el pueblo, si había llegado al poder, que más podía pedir, mis hijos eran pequeños pero eso no fue un obstáculo, estuve en la campaña de alfabetización, fui miliciano, Bahía de Cochinos, la Crisis de Octubre, la lucha contra bandidos en el Escambray, ahí por poco me matan, salí herido de bala en el cuello y me fui a casa hecho un desastre. De nuevo el sonido del metro, cada cuatro o cinco minutos se repite invariablemente, así toda la noche, y tú, Jesús, no te aburres de estar en la cruz, no te asusta como vibra el suelo una y otra vez. Los años setenta fueron otra cosa, un día recibí un pequeño paquete, con una nota escrita por un pariente, desde España, donde me notificaba la muerte de mi madre, junto a la nota había un rosario que había sido de ella, y que según mi pariente, le había pedido que me lo mandaran a mi, con el encargo de que lo rezara por ella. Desde mediados de los sesenta no podía mandarle dinero a la vieja, y cuando murió no supe que hacer, la verdad es que me sentí perdido, mi vida transcurría entre marchas, trabajos voluntarios y la batalla por tener cada día que llevar a la mesa de mi familia, la vida en Cuba se había vuelto difícil, mis dos hermanos se habían marchado a América en el setenta, junto con sus familias cubanas, no se los reprocho, ellos nunca compartieron mis ideas ni entendieron a Fidel, al menos desde Miami se encargaban de velar porque no le faltara nada a la vieja. Estas aburrida de tanta cháchara, no me mires así, se supone que debes escucharme e interceder por mi ante Dios, tu no tienes de que preocuparte, estas ahí imperturbable, escuchando pecados para después susurrárselos a tu hijo en el oído, menudo trabajo el tuyo. Tienes razón, se lo que estas pensando, estoy cansado, viejo, y sólo. En el ochenta mi hijo mayor también se fue a América, en los noventa vivíamos de lo que nos mandaba él y mis hermanos, no me sorprendió que en el noventa y cuatro se marcharan los otros dos. En el núcleo del partido nadie se atrevió a reprocharme nada, casi todos teníamos algún pariente que había abandonado el barco. Mi mujer murió en el noventa y ocho, dicen que de un infarto, yo creo que de tristeza. En Cuba ya nadie quiere vivir, se ha vuelto una pesadilla interminable, estoy demasiado viejo, hace años que no logro entender el rumbo que ha tomado aquello. Aún no entiendes que hago aquí, por qué he vuelto a España, por qué permanecí escondido en un confesionario, en medio de la noche, esperando para estar a solas, en la oscuridad, sentado a tus pies, si de verdad eres Dios no deberías sorprenderte, te diré, pon atención, que no puedo levantar la voz, no quiero despertar al párroco. Me acostaré en el suelo, de cara al altar. El aire entra en mis pulmones y siento como mi pecho s
La historia de todos!
ResponderEliminarSe me ponen los pelos de punta. Pobre hombre.
Siempre pienso en eso, en llegar alli, asi con este mismo dolor de haber sido estafada. Quiero que ese dolor se vaya.
Que bueno que supimos, que alguien nos dijo, que llegamos a la verdad por cualquier camino...
A cuantos se les olvido la familia...
me gusto mucho este relato. Gracias por tus palabras en mi Blog, me hiciste pensar en ellas y encontre algo interesante para seguir.
Buen fin de semana!
Gracias Fermina, me alegra que te gustara, por desgracia no todo el mundo abre los ojos a tiempo. Sigue escribiendo que lo haces muy bien. Saludos.
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