domingo, 30 de agosto de 2009

Lo que se dice, en la red, de "Menudos Pedazos".


La muestra que hoy nos ocupa, es el conjunto Menudos pedazos.
Si deshecha en menudos pedazos… Si, si ya se que esto no es un refrán.
Aquí...desecha en menudos pedazos.
Con Menudos Pedazos solo deseo hablar de mi.
Menudos pedazos de frikis.
Si deshecha en menudos pedazos llega a ser mi bandera algún día.
Hacerla menudos pedazos.
La que se hace de pedazos muy menudos, como la de calabaza.
Si deshecha en menudos pedazos sin pueril y romántico alarde.
Aplastarlo o quebrantarlo en menudos pedazos.
Durante la exposición de Menudos pedazos en el Museo Nacional de Bellas Artes.
Quitar un cacho o pedazo. ESCACHIFAR.
¿Menudos? Pedazos de cantantes los que ayer se subieron al escenario.
Hacía menudos pedazos toda la ropa que habían tomado.
Merece que le hagan pedazos.
Que ha regresado en menudos pedazos a esta isla desierta.
El largo pregón de los menudos pedazos.
Los hacían menudos pedazos, los escupían y otras cosas.
Entonces se echarán dentro una libra de almendras hechas menudos pedazos, y sin cascarilla.
Menudos pedazos de subnormales, y no lo son mas porque no pueden.
Las arvejas con guineos verdes en menudos pedazos.
Menudos pedazos de "socialitas estai echos”.
Porque menudos pedazos de troncos llevamos.
Habiéndolas hecho su dueño menudos pedazos.
¡Menudos pedazos de electrones!
Rompió su bastón en menudos pedazos.
Triperío, bártulos, cosas viejas, menudos, pedazos de cosas.
Envuelta en la bandera, desnuda en menudos pedazos.
Menudos pedazos de arco iris.
En menudos pedazos dividida la nube que ya es flor.
Menudos pedazos de músicos; además de muy “salaos”.
Que menudos pedazos de temas que tienes expuestos aquí.
Menudos pedazos es venenoso.
Menudos pedazos de sinvergüenzas están hechos.
Menudos pedazos de terroristas, que peligro público.
Jajaja, menudos pedazos.

sábado, 29 de agosto de 2009

Leyendo "Doctor Zhivago".


Acabo de terminar la lectura de “Doctor Zhivago” de Boris Pasternak, un libro que recomiendo. Me impacto el parecido con Cuba, especialmente en la actitud de los personajes frente al fenómeno de la revolución, y la posterior evolución de cada uno de ellos a medida que se iba radicalizando el proceso y consolidando el poder revolucionario. Me vino a la cabeza el recuerdo de mucha gente en Cuba, gente que conozco muy bien, algunos que compartimos la misma sangre, personas, en muchos casos, a las que amo, siempre me ha parecido un enigma como tanta gente pudo abrazar una ideología tan retorcida, es algo que no alcanzo a comprender del todo y “Doctor Zhivago” me lleva una vez más por esos caminos. Es frustrante y doloroso ver como la historia se repite una y otra vez, una gran masa de pueblo se lanza ciegamente tras el carro de la revolución, tras un vendedor de ilusiones que solo persigue esclavizar a ese mismo pueblo, el ejemplo más reciente lo tenemos en Venezuela. Zhivago podría llamarse perfectamente José, y Moscú podría ser La Habana, Yuriatin cualquier pueblo del campo cubano, y el destino de esos hombres el mismo, un montón de vida cercenada y atrapada por la idolatría que representa una ideología o un caudillo. La libertad es inherente al espíritu y a la vida misma, esa libertad no se puede traicionar pues, al hacerlo, estamos traicionando la esencia de la vida, vendrán entonces tiempos de dolor y pobreza material y espiritual. No me hago ilusiones sobre la sabiduría de las masas y cosas así, por desgracia aún después de 50 años de dictadura hay gente que todavía cree en la revolución, o que sencillamente la defiende por mantener a salvo la poca seguridad que tiene, pero también creo que en cuanto el poder de los primeros signos de debilidad, esa misma masa, que los puso allí, los sacara del camino y se lanzará tras el primero que encabece la revuelta. Ojalá llegue al poder un grupo de hombres interesado en que gobiernen instituciones, no hombres, y que el respeto por la libertad del hombre sea el principio sobre el que todo se construya. Dios quiera que la historia de “Doctor Zhivago” no se vuelva a repetir nunca más en nuestra tierra.

viernes, 21 de agosto de 2009

La huida.


La abracé durante toda la noche, tiritaba de frío. La mar batía sin cesar, las olas barrían la cubierta de la embarcación de una banda a la otra, estábamos atados por una cuerda al palo mayor. Confieso que estaba muerto de miedo. Ella no cesaba de llorar, entre sollozos se encomendaba a la virgen de La Caridad, “ay, diosito, cuídanos, sácanos de ésta, dios te salve María…”
Mi madre me pidió que no me fuera, y mi padre se quedó con la mirada clavada en el suelo cuando se lo dije. No los escuché, tenía que irme, no aguantaba más aquella mierda. A ella le pasó otro tanto, según me contó. Nos conocimos en medio del diente de perro, yo había ido armando la balsa poco a poco y la dejaba escondida entre la maleza, a pocos metros de la costa, me llevó casi dos meses terminarla. Ella me confesó que hacia como una semana había encontrado la balsa y que venía cada noche por la costa a ver si encontraba al dueño y la dejaba marcharse con él. Me dijo que estaba desesperada, que no podía más. La miré a los ojos y no se por qué le dije: “mañana, a la una de la mañana, trae agua.”
No supe cuando me quedé dormido. El amanecer me sorprendió, el sol acariciaba mi rostro. No estábamos lejos de la costa, ella me contemplaba con los ojos hundidos, casi perdidos. Nos miramos y empezamos a remar hacia el sur, al principio sin mucha convicción, después fuimos levantando el ritmo hasta alcanzar casi un frenesí que no se detuvo hasta que no sentimos la arena bajo los pies. Saltamos corriendo a la playa y a los pocos metros nos dejamos caer. No sentía mi cuerpo, parecía que flotaba. La playa estaba desierta, al rato nos levantamos y caminamos hasta una carretera cercana, se acercaba una manifestación, la precedía un coro cada vez más intenso “pin pon fuera, abajo la gusanera; que se vayan; que se vayan”. Solo alcance a ver como ella corría y se confundía dentro de la multitud, yo me quedé como clavado en el suelo. El grupo pasó indiferente a mi lado, ella iba con un cartel en alto que decía “pa lo que sea Fidel”. Nunca más la he vuelto a ver.

sábado, 15 de agosto de 2009

El augurio.


El hombre más viejo tomó al niño en brazos, lo levantó ante la mirada de toda la tribu, reunida al pie de la montaña, cerca de la piedra de los sacrificios, como lo indicaba la tradición. Nadie dijo nada, solo se escuchaba el ruido del viento sobre los árboles, se acercaba la tormenta, el rito para conjurar el huracán se había retrasado más de lo que el viejo cacique esperaba. El niño lloraba sin cesar, la madre, joven, casi una niña, tenía la mirada clavada en el viento, de sus pechos brotaba la leche, como si fuera un manantial cuyo cauce estuviera sujeto al llanto del pequeño. Un hombre fornido se acercó al anciano cacique y le ofreció un hacha, de piedra afilada. Miró, con una mezcla de orgullo y desdén, al niño, luego retrocedió hacia la multitud. El llanto y el viento lo abarcaban todo, el cacique se acercó a la piedra de los sacrificios, alzó la mirada al cielo, murmuró unas palabras, se detuvo unos instantes, como si esperara algo, colocó al niño sobre la piedra mientras elevaba su diestra y sostenía en lo alto el hacha, comenzó a arreciar el viento y las primeras gotas empezaron a humedecer el rostro de los presentes, el niño dejo de llorar, el viejo cacique parecía dudar, un relámpago iluminó el cielo mientras el hacha caía sobre la cabeza del inocente, un sonido seco, como cuando se abre un coco, silencio, sangre en el rostro del viejo cacique. Como si fuera un manantial teñido de rojo desciende la sangre desde la piedra de los sacrificios y baña los pies descalzos de todos, no era un buen augurio. Ha empezado a tronar. La multitud se dispersa chapoteando entre fango, lluvia y sangre. Caen árboles y vuelan los techos de los bohíos. Nadie hablaba. Aún llueve sobre la aldea.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Crisis de identidad.


Acabo de regresar de las vacaciones, las primeras en muchos años. Durante las vacaciones conocí una prima de mi mujer y su esposo, que salieron de Cuba hace más de 30 años, además de su niño. Fueron unos días memorables, llenos de afecto, recuerdos e historias, cada uno hablando de la Cuba que lleva en la memoria, evocando imágenes, algunas dolorosas. Por momentos la nostalgia se apodera de nosotros y nos aprieta fuerte el alma. Una de esas noches recuerdo que me dije a mi mismo: “siento que ya no pertenezco a ningún lugar. Esa Cuba que evoco ya no existe, solo esta dentro de mi y a ella no quisiera volver, aún si todo cambiara creo que tampoco me sentiría cómodo en una Cuba que tiene tanto por construir, intentaría ayudar de alguna manera, pero volver, creo que no, no me parece que me adaptaría, pero este país, que hoy me acoge, tampoco es mi patria, hay mucho aquí que representa lo que soñé para mi, pero de alguna forma siento que tampoco pertenezco a este lugar, por más que la calle en que vivo parece una esquina de Centro Habana, con sábanas en los balcones incluidas, siento en el pecho un cosquilleo que me llama desde lejos, uno que se resiste a aceptar este aire como mi aire, este sol como mi sol, este cielo como mi cielo, y a esta tierra como mi tierra, siento que no pertenezco a ningún lugar”. El curso de mi pensamiento se ve interrumpido súbitamente, justo a mi alrededor corretea el hijo de los primos de mi mujer, un niño encantador de unos 9 años que nació y vive en California, coincidentemente se llama como mi hijo, la madre lo llama para que salude una amiga nuestra, que acaba de llegar. La señora se acerca y después de las presentaciones le dice al niño “entonces, tú eres el americano de la familia”, el niño, en un español con mucho acento, y como si de una ofensa se tratara, responde “YO SOY CUBANO, CUBANOAMERICANO”.

sábado, 1 de agosto de 2009

La gloria que se ha vivido.


Fragmentos de un diario de campaña.
4.30 am Acaba de sonar el despertador, me visto de manera apresurada, recojo los 2 sacos para el pan y salgo de casa. En la esquina tengo que regresar, olvidé la cabilla que uso para protegerme si me asaltan. Juanelo esta a oscuras, no hay un alma en la calle. Ya en la panadería, de la Virgen del Camino, no tengo que esperar mucho, compro suficiente pan, hasta llenar los dos sacos, me los subo al hombro y regreso atravesando Juanelo una vez más, la cabilla pesa en mi cintura y me molesta un poco al caminar, tengo que detenerme en más de una ocasión, estoy sudando. Finalmente llego a una cafetería, llamo al dueño, que se levanta, me abre la puerta, y recoge uno de los sacos de pan, hablamos un poco, lo veré en la tarde. Sigo caminando unas cuadras más y llego a otra cafetería, se repite todo el proceso y termino de dejar mi carga.
6.00 am Llego a casa, me dejo caer en la cama, la mujer acaba de levantarse, prepara el desayuno, se asea, se viste y sale para el trabajo, se fue sin despedirse.
7.00 am Hora de despertar al niño, esta un poco remolón, “vamos levántate, dale, que llegas tarde a la escuela, desayuna, tómate toda la leche, aséate bien, ven para arreglarte la pañoleta, tienes todos los libros, espérate, que termino de prepararte la merienda”, me cambio de ropa, me vuelvo a asear, tomo mi portafolios.
7.33 am Salgo con mi hijo de la mano, lo dejo en la escuela, me da un beso. Recorro caminando los 2 kilómetros que me separan del hospital, esta fresca la mañana, mucho tráfico, prefiero caminar, me siento libre de esa manera.
8.15 am Llegué tarde a la entrega de guardia, hay tres casos en observación, me toca clasificar en cuerpo de guardia.
9.00 am El salón de espera está abarrotado de pacientes, empiezo a ver casos.
9.51 am “….doctor, el problema es ella, solo quiere estar en casa de sus amigas, y no me atiende, yo llego a casa y ella nunca esta, esa juntera no me gusta, le llenan la cabeza de…”
10.34 am “ ….lo que más me excita, es cuando voy corriendo en medio de la noche, por el campo, el viento me golpea en la cara, y me vienen a la mente las imágenes de lo que acabo de hacer, cómo entré en la escuela, busqué el albergue de los varones y me masturbé mientras miraba sus cuerpos casi desnudos…”
11.47 am “….por favor docto, no cierre la puerta, es que me pongo muy nervioso, no puedo estar encerrado. Mis hijos están en España y quieren que yo vaya para allá, pero imaginese, como voy a resistir el viaje en avión….”
12.51 pm “…hay, que ojos mas lindos usted tiene…”
1.26 pm “…es que, estoy viviendo en la unidad, ya me quiero retirar, pero no tengo donde vivir, cuando vine de Angola, me dieron una casa, pero me divorcié hace como 6 años y se la dejé a mi mujer y a mi hija, ya ella se casó de nuevo y yo no tengo familia, mis padres ya murieron, allá en Holguín, allí no puedo volver, lo que quiero es morirme…”
2.29 pm Terminó la consulta, voy a hablar con mi jefa, me dice que no hay problemas, que puedo irme, pero que recuerde el seminario de mañana sobre terapia cognitivo conductual.
3.00 pm Regreso a casa caminando, tengo hambre y estoy muy cansado, siento como si todo el mundo que se sentara frente a mi, a contarme su historia, se robara un poco de de mi energía, al terminar el día me siento como una batería descargada, me duele la cabeza. Saco la discman, me pongo los audífonos y empiezo a tocar un disco de Rush, es como estar en medio de una película, las imágenes de la calzada de 10 de Octubre y la música que escucho no tienen nada que ver, pero de alguna manera encajan, la pieza se llama 2112. Se me alivió el dolor de cabeza.
3.55 pm Entré al agro y compré 10 libras de guayabas maduras, estaban a buen precio.
4.16 pm Llegué a casa y comencé a pelar las guayabas para hacer jugos, los pomos plásticos están limpios, la batidora ha estado fallando, espero funcione hoy. Se me está terminando el azúcar, mañana tengo que ver al bodeguero, a ver si me vende otro saco.
4.36 pm Recojo el niño en la escuela, conversamos un poco, lo llevo a merendar.
6.40 pm Terminé los jugos de guayaba, pongo los pomos en una mochila y los llevo a la cafetería, la misma que me compra el pan, hacemos cuentas.
7.03 pm Olvidé que no he comido nada, la mujer llegó del trabajo hace como una hora, me preparó un pan con tortilla, hablamos poco, me cambié de ropa y salí a la calle.
7.55 pm En el banco de películas, recojo una mochila con los estrenos de esta semana, reviso el papel con la lista de lo que alquilé ayer, y los títulos que prometí llevar hoy a algunos clientes.
8.13 pm La mochila está pesada, comienzo a hacer mi rutina habitual, en la esquina hay una patrulla, entro en casa de un cliente y me demoro todo lo que puedo, hasta que se va la patrulla, me alquilaron una novela, la mujer se queja de que una amiga ha visto capítulos que ella no ha visto, le explico que es un resumen, lo que ella ve, en realidad, son solo los últimos capítulos, que graba el hombre, que tiene la parabólica, a su conveniencia, y cuando puede.
10.48 pm El alquiler ha estado flojo, hace unos minutos me di cuenta que andaba por la calle hablando solo, despotricando del gobierno, en un monólogo interminable, me quedan un par de clientes por ver y regreso al banco a hacer cuentas y dejar las películas.
11.19 pm Regresé a casa, tomé un baño, la mujer me esta esperando para comer, ya el niño se durmió.
11.54 pm Comimos en silencio, mi mujer no habla y evita mirarme a la cara durante la comida, terminamos. Hago una pausa y le pregunto ¿Qué pasa? Ella no levanta la vista de la mesa, y, casi en un susurro, me dice, “me quiero divorciar”.
3.30 am No puedo dormir ¡¡¡¡¡¡¡¡¡ MIERDA!!!!!!!!!
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